¡Hoy brindamos con vosotros, winelovers!
El sol aún se muestra perezoso sobre los viñedos mientras nos dirigimos hacia Bullas, un encantador pueblito en el corazón de nuestra región. Deciros que hoy no es un día cualquiera, hoy comienza una aventura enoturística que promete adentrarnos en la historia, la cultura y, obviamente, en los vinos fabulosos de nuestra querida Región de Murcia.
Nuestra primera parada nos hace viajar en el tiempo.
Entramos en la Casa Museo Don Pepe Marsilla, y nada más cruzar el umbral ¡zas!, saludamos al siglo XIX. Las paredes están cargadas de historias y los muebles parecen traídos de épocas gloriosas. José Marsilla, descendiente del famoso Don Pepe, se convierte en nuestro guía a través del tiempo, reviviendo a los antiguos moradores con cada historia que cuenta. Más que una casa, esto es lo más parecido a un túnel del tiempo.
Dejando atrás la nostalgia de la casa museo, nos detenemos a admirar la modernidad de la Bodega San Isidro. Aquí el pasado da paso al presente del proceso vinícola, transformando uvas en elixir de dioses. En las enormes instalaciones inunda el aroma intenso de las uvas fermentando. Y para rematar, no podemos dejar de hacer una cata de sus vinos.
No muy lejos, la Bodega Tercia de Ulea presenta un contraste con su enfoque en la sostenibilidad. Probaremos tres vinos, cada uno con su propio carácter, realzado por pequeños aperitivos. Qué maravilloso es observar el meticuloso camino del vino, de la vid a la botella. Os aseguramos que cada paso es una lección de amor por la tierra, nuestra tierra.
Ya con la suavidad del sol en el horizonte, nos unimos a la Experiencia Monastrell-Bio en un viñedo biodinámico. Aquí, aprenderemos que el vino, además de bebida, es también fiel portavoz de la tierra. Esta visita no es sólo educativa, es una dosis de inspiración pura.
Con los sabores de Bullas aún presentes en nuestro paladar, la aventura nos conduce ahora a Jumilla. Disfrutaremos, copa en mano, la Experiencia BSI, que nos atrapará con una combinación de tradición y modernidad. Tres vinos que expresan su identidad, junto con aceite premium y tapas jumillanas que bien podrían ser joyas gastronómicas, completan esta experiencia sensorial.
Cada experiencia enoturística crea un lazo fortísimo con la Región de Murcia. Desde pedalear por Jumilla hasta escapadas románticas en Yecla, cada actividad está diseñada para profundizar nuestro amor por la región y sus vinos.
De ahí podemos enlazar con una escapada a Costa Cálida, combinando noches en hoteles con encanto con visitas a bodegas antiguas y catas que celebran la perfecta unión entre la tierra y el vino.
Y es en este momento ya de relax y reflexión, admirando la belleza y contrastes de color de los increíbles atardeceres de nuestra costa, donde llegamos a la conclusión de que la Región de Murcia no es sólo un rinconcito de España, es una fusión perfecta entre historias, sabores y tradiciones, entrelazada con la rica experiencia del enoturismo. Cada viñedo, cada bodega y cada botella hablan de la región con un amor difícil de explicar. ¡Porque se tiene que saborear y se tiene que sentir!
Lo dicho, ven a la Región de Murcia, explora sus bodegas, sumérgete en sus tradiciones y disfruta de cada brindis y cada sorbo de sus vinos. ¡Salud!