Las escapadas otoñales a la Costa Cálida son otra historia… Por si no lo sabías aún, aquí en otoño el sol brilla de manera especial en el horizonte y el mar mantiene su agradable temperatura. Esta época del año, lejos del bullicio veraniego, revela un lado más íntimo y relajado de las playas de nuestra región. Todos y cada uno de nuestros rincones costeros tiene su propio encanto, y ésta es la estación perfecta para descubrirlos.
Un buen punto de partida es Calblanque, una playa rodeada de naturaleza virgen. El Parque Regional que la rodea ofrece un paisaje sereno, donde las dunas doradas y las aguas cristalinas nos permiten desconectar del mundo. En esta temporada es fácil sentir que el mar y la brisa son solo para ti, sin la presión de las multitudes. Pasear descalzo por la orilla es una experiencia que casi nos atrevemos a calificar como terapéutica.
A escasos minutos de Calblanque, nos espera el encanto singular de Cabo de Palos. Este antiguo pueblo pesquero, con su faro inconfundible vigilando la costa, luce de una forma diferente en otoño. Aquí, la tranquilidad se palpa en cada rincón, y el buceo en la reserva marina es una de las experiencias más gratificantes que puedas imaginar. Las aguas conservan su temperatura agradable, y explorar sus fondos marinos, llenos de vida y color, está ya en el top 10 de destinos elegidos para la práctica del buceo. Además, después de una jornada de mar, sus pequeños restaurantes junto al puerto ofrecen el plan perfecto para disfrutar de una comida con vistas al Mediterráneo en su estado más puro.
A unos kilómetros, las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar te reciben con la magia de sus playas, como La Llana, y con algo que solo el otoño puede ofrecer: el espectáculo de las aves migratorias. Este es un destino perfecto para reconectar con la naturaleza, observar flamencos en vuelo y caminar entre dunas en una paz continua. Además, la sensación de adentrarte en sus aguas templadas mientras el aire empieza a refrescar es uno de esos placeres que solo se pueden disfrutar en esta estación y, por supuesto, aquí.
Si buscas un paisaje más singular, Bolnuevo, en Mazarrón, te cautivará con sus formaciones rocosas conocidas como Las Gredas. En otoño, la luz del sol se posa suavemente sobre estas esculturas naturales, creando sombras que acentúan sus formas surrealistas. Caminar por la costa en esta época, sin el calor abrasador del verano, te permite admirar cada rincón y dejarte llevar por la serenidad de su entorno.
En el otro extremo de Costa Cálida, Águilas es un destino que se redescubre en otoño. Hay otros tesoros escondidos como Calarreona y Cabo Cope, perfectos para quienes buscan playas más aisladas y llenas de encanto. Aquí, la paz del otoño se refleja en la quietud del mar y en los colores dorados del atardecer. Águilas también es conocida por sus rutas de senderismo que, en esta época del año, te permiten explorar su impresionante litoral sin el calor sofocante del verano.
Finalmente, si eres amante de la naturaleza submarina, La Azohía, en Cartagena, es otro lugar ideal para el buceo y snorkel. En otoño, los fondos marinos muestran su esplendor sin interrupciones, y el paisaje montañoso que rodea esta playa le da un toque súper especial. Si quieres aventura, la tienes, y si quieres descanso, también.
Costa Cálida en otoño es un grandísimo tesoro: temperaturas suaves, playas menos concurridas y naturaleza en todo su esplendor. Cada rinconcito de nuestra costa ofrece experiencias diferentes, pero todas regalan ese mismo remanso de tranquilidad y belleza sosegada que esta estación nos trae.
Otoño, por favor, guarda siempre nuestro secreto.